Hoy quiero compartir con vosotros una receta familiar, donde el protagonista es el rape de playa.
Los ingredientes para hacer este plato son muy pocos, pero uno de ellos es fundamental: el hígado del rape, que lo utilizaremos para hacer la picada.
Empezamos preparando los ingredientes para la picada: una rodaja de pan (si es del día anterior mejor), el hígado y el perejil.
Una vez preparados, ponemos aceite en la cocotte, que por su material de hierro forjado hace que los guisos tengan un sabor espectacular. La ponemos al fuego y cuando esté caliente el aceite, añadimos el pan y el hígado para freírlos. Cuando veamos que coge color, añadimos el perejil que hemos picado previamente en el picador de Bodum. Sobretodo hay que estar atentos en retirar el pan y el hígado antes de que se queme, ya que podría dejar un gusto amargo. Mientras tanto, cortamos las patatas para el guiso (chascadas) y limpiamos las rodajas del rape.
Retirado el pan, con el hígado y el perejil (para picarlo), añadimos la cebolla picada y una hoja de laurel, cuando este pochada, ponemos las patatas y removemos para que se mezclen bien, añadiendo en unos segundos el caldo de pescado hirviendo (que hemos preparado con la cabeza del rape) hasta cubrir las patatas y rectificamos del sal y pimienta.
Pasados unos 15 minutos, añadimos las rodajas del rape por encima de las patatas. Mientras hace «chup chup» vamos picando en el mortero de Emily Henry (que por su esmalte va perfecto para que no se deslicen los ingredientes) los ingredientes retirados con un ajo crudo. Una vez bien picado, le añadimos un poco del mismo caldo del guiso y lo ponemos por encima, removemos la cocotte por las asas, para que se integre todos los sabores, y en unos 10 minutos… al plato!!
Que no falte pan! 😉